Samuel Paty era un profesor de secundaria que en una clase sobre libertad de expresión, enseñó a sus alumnos unas caricaturas de la revista satírica Charlie Hebdo, antes invitó a los alumnos de credo islámico a abandonar el aula si así lo deseaban. La revista Charlie Hebdo recibió un ataque terrorista por haber publicado una imágenes del profeta Mahoma en el que murieron 12 personas y 11 fueron heridas.
El 16 de octubre se cumpliran cinco años del asesinato de Samuel Paty, acuchillado y decapitado por un terrorista islamista de origen checheno que publicó posteriormente en redes sociales fotografías de su acto.
El Gran Oriente de Francia publicó un comunicado con motivo del aniversario. La Logia Blasco Ibáñez, adscrita al GODF reproduce traducido el comunicado por su interés:

Mis muy queridos hermanos y hermanas,
Muy queridos consejeros de la Orden del Gran Oriente de Francia,
Señoras y señores,
Queridos amigos,
Han pasado cinco años desde el asesinato de Samuel Paty y dos desde el de Dominique Bernard. Ambos fueron víctimas del terrorismo islamista, del fanatismo ciego, de esa violencia oscurantista cuyo único objetivo es silenciar la libertad de pensamiento e imponer al mundo una visión totalitaria.
Francia lo recuerda.
Recuerda a estos hombres que, con su dedicación y su valentía, llevaron a lo más alto el ideal de la Escuela de la República: la pasión por transmitir, la libertad de enseñar.
Su compromiso era fruto de un profundo deber cívico, la expresión de una fe ardiente en la República y en sus ideales. Encarnaban al maestro, aquel que, de aula en aula, forja mentes y forma ciudadanos.
Al enseñar la razón, la tolerancia y el espíritu crítico, Samuel Paty y Dominique Bernard siguen la estela de aquellos hombres y mujeres que hicieron del conocimiento una victoria del espíritu y un baluarte contra el oscurantismo.
A través de ellos, toda la escuela se ha levantado contra la barbarie.
Su muerte ha puesto al descubierto la implacable violencia de aquellos que aborrecen la Luz y quieren silenciar el pensamiento libre. Su muerte también ha hecho palpable la fuerza tranquila de la nación, una nación unida en torno a su escuela.
A través de ellos, toda la escuela se enfrentó a la barbarie.
Su muerte puso al descubierto la implacable violencia de aquellos que aborrecen la luz y quieren silenciar el pensamiento libre. Su muerte también hizo palpable la fuerza tranquila de la Nación, una Nación unida en torno a su escuela, ese templo profano donde se educan la conciencia ciudadana, la libertad de pensamiento y la alegría.
Mis queridos hermanos y hermanas, queridos amigos, recordemos:
Fue en la Sorbona, en el corazón de este alto lugar del saber y la libertad, donde tantas mentes ilustradas forjaron el pensamiento humanista.
Fue en estas mismas tierras, a dos pasos de allí, en la plaza Maubert, donde en 1546 fue quemado Étienne Dolet, impresor, humanista y filósofo, culpable de haber afirmado el derecho sagrado a pensar y a expresarse. Dolet, mártir del pensamiento libre, ya anunciaba la lucha de la Razón contra el fanatismo, la misma que Samuel Paty y Dominique Bernard continuaron cinco siglos más tarde en las aulas de la República.
Así, desde la llama de Dolet consumido en la hoguera hasta la que ilumina los rostros de nuestros profesores de hoy, se transmite la misma Luz:
la Luz del conocimiento, de la verdad y de la libertad de conciencia.
Esta llama, mis queridos hermanos y hermanas, nos corresponde también a nosotros preservarla y alimentarla. ¡Que brille esta llama!
Hoy en día, mientras tantos profesores continúan con su misión con inquietud, nuestro deber es claro: apoyarlos, defenderlos y honrarlos.
La República debe proteger a aquellos que, en el silencio de las aulas, la hacen vivir cada día.
Son los guardianes del libre albedrío, los constructores del espíritu, los artífices del futuro.
El Gran Oriente de Francia rinde un solemne homenaje a Samuel Paty y Dominique Bernard.
Su memoria nos compromete.
Su memoria nos recuerda que la libertad absoluta de conciencia, de creer o no creer, y de transmitir sin miedo, es la piedra angular de todo humanismo verdadero.
El Gran Oriente de Francia, fiel a su vocación humanista y laica, se inclina ante la memoria de estos hombres.
Recordamos que la libertad absoluta de conciencia, la libertad de expresión y la laicidad son pilares indisociables de nuestro pacto republicano.
Defenderlos es honrar a Samuel Paty y Dominique Bernard.
Transmitirlos es continuar su obra.
Mis queridos hermanos y hermanas, al recordarlos, al evocar la Sorbona y la figura de Étienne Dolet, reafirmamos nuestra fidelidad a la Luz contra el oscurantismo, a la Razón contra el odio.
Que sus ejemplos nos inspiren a defender sin descanso la Escuela, ese santuario de la emancipación y el saber, ese lugar donde el espíritu humano se eleva hacia su plena dignidad.
Su memoria nos recuerda que la libertad absoluta de conciencia, de creer o no creer, y de transmitir sin miedo, es la piedra angular de todo humanismo verdadero.
El Gran Oriente de Francia, fiel a su vocación humanista y laica, se inclina ante la memoria de estos hombres.
Recordamos que la libertad absoluta de conciencia, la libertad de expresión y la laicidad son pilares indisociables de nuestro pacto republicano.
Defenderlos es honrar a Samuel Paty y Dominique Bernard.
Transmitirlos es continuar su obra.
Mis queridos hermanos y hermanas, al recordarlos, al evocar la Sorbona y la figura de Étienne Dolet, reafirmamos nuestra fidelidad a la Luz contra el oscurantismo, a la Razón contra el odio.
Que sus ejemplos nos inspiren a defender sin descanso la Escuela, ese santuario de la emancipación y el saber, ese lugar donde el espíritu humano se eleva hacia su plena dignidad.
Es a esta fidelidad al espíritu republicano, a este ideal de libertad y verdad, a lo que debemos consagrar nuestras fuerzas y nuestros corazones.
Porque donde brilla el pensamiento libre, allí también brilla la Luz masónica.
He dicho.
Pierre Bertinotti, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia.
					





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